lunes, 8 de junio de 2009

Letras Libres Mayo 2009, Revisiones Literarias

Y, como complemento de el post anterior de la misma revista, éste podría titularlo "o de cómo escribir sobre lo que sí se sabe". Aunque definitivamente, eso no sea porque me hayan gustado perfectamente todos los artículos de la segunda parte de la revista. El primero en llamar poderosamente mi atención fue una revisión crítica de un poema de Mandelstam, quién, por cierto, es de los escritores rusos que no he tenido la oportunidad de leer. En mi opinión, este tipo de artículos deberían de ser la razón principal de la existencia de una revista literaria. Después de presentar una traducción del poema, hacer un análisis línea por línea de él, explicando las inflecciones del ruso que no son traducibles al español me parece la única forma de leer a cabalidad un poema en una lengua desconocida, por muy buena que pudiera ser la traducción.

Más allá de la trascendencia política del poema (el epigrama contra Stalin) me surgen dudas sobre los límites a los que llega la coherencia de un autor. Si bien es cierto que no se debe de subyugar el pensamiento o la producción literaria ante ninguna posible interferencia, también lo es que, en última instancia lo más probable es la vida propia. De cierta forma, Stalin, aún siendo el tirano que fué, tenía cierta consideración con los artistas. Y se podía escribir y trabajar en Rusia con enormes limitaciones, pero sin poner tu vida en un riesgo de terminación inminente, cómo lo hicieron Pasternak y Anna Ajmátova. Desconozco por completo las razones que pudieron llevar a Mandelstam a escribir un poema así, pero no creo que fuera la decisión más sabia, ni, en éste caso, la correcta.

Aprovechando la publicación de los diarios de Bioy Casares donde hablaba de Borges, aparecen un par de artículos sobre la relación entre los dos escritores argentinos. El artículo de Edwin Williamson es un excelente análisis del libro y de la situación, dando una revisión generalizada de la amistad que llevaron, haciendo énfasis en el papel de confidente que llevaba Bioy, y que es lo reflejado en los diarios publicados ahora. Si bien es un tema que ha sido tratado muchas veces, incluso en ésta misma revista, no deja de ser importante regresar a los escritores que verdaderamente valen la pena, sobre todo cuando una nueva fuente de información aparece. En lo personal, Borges me parece un escritor formidable, pero con carencias en su calidad de humano insalvables. Nada ni nadie le parecían bien en última instancia, e incluso Bioy no se salvó completamente de ese aire de superioridad que proyectaba sobre todo mundo.

Lo que vuelve todavía más sorprendente el artículo de Héctor Manjarrez sobre la visión de Borges sobre México, tal cual fue reflejada en los diarios de Bioy. Me parece un esfuerzo completamente inútil; Borges era un hombre amargado e insatisfecho, dificilmente tendría una buena opinión sobre algo, y menos sobre algo lejano... Y en lo personal, enviaría a la redacción de Letras Libres a revisar su hemeroteca, ya que en SUS revistas el año pasado, publicando los diarios de Salvador Elizondo, mostraron una imágen que no fue muy alejada del pensamiento provienciano de Borges, salvo con la excepción de que indudablemente, el argentino era genial.

No hay comentarios: