Comencemos por un par de comentarios rápidos. Megan Fox está increíblemente buena; e indudablemente ésta es una película puberta. Lo primero es especialmente bueno, sobre todo si tomamos en cuenta que Michael Bay no duda en aprovechar las tomas para lucir sus atributos. El problema es que, queriendo mantener la clasificación de la película en B (o su equivalente), queda un poco limitada la exposición real; vamos, a nivel de fantasía adolescente. Lo que nos lleva al segundo punto, el hecho de que sea una película para un segmento de población en particular. Y que sirve para ponerla en contexto para una crítica sustancial; y que no sería un hecho completamente malo a no ser porque no es una película inteligente...
Me explico. La película es demasiado larga, principalmente porque pierde mucho el tiempo en cuestiones de relleno. El romance de los morros, los compañeros idiotas de la Universidad, los papás y sus estupideces, los robots gemelos, y sobre todo, y por mucho lo peor, el involucramiento excesivo del ejercito humano. Y no porque crea que éste tipo de elementos no debiera de existir, regresando a mi punto inicial, ésta es una película puberta y se le debe ver como tal, pero tampoco se debe exagerar... No estoy seguro que se debieron haber incluído TODOS, y, sobre todo, que se debieran haber usado de forma tan reiterativa. La película ya dura demasiado y deja mucho menos tiempo a las únicas dos cosas que verdaderamente valen la pena de ella: las peleas entre los robots y Megan Fox...
Las peleas son, por mucho, superiores a las de la primera cinta, ya que en ésta finalmente se alcanza a distinguir lo que sucede en pantalla. Sin embargo, la mayoría de los personajes son completamente inútiles... De los Autobots, solo Optimus Prime y Bumblebee hacen algo... ¡Entonces para que modelaron a los otros! Entre los decepticons, Devastator solo entra para uno de los peores chistes de la película. Un ataque modificando las señales satelitales, utilizar verdaderamente los poderes de los transformers conjuntamente o utilizar estrategias inteligentes son detalles que no hubieran demeritado la película frente a un público adolescente. Y si la hubieran hecho mucho, pero mucho mejor.
Una muestra de que, ni Michael Bay ni el escritor del guión (no se quien es, ni me quita el sueño saberlo) no tienen idea sobre tácticas de pelea o militares es su uso de los seres humanos. Entiendo que el ejército de E.U. necesite reivindicarse con el mundo, pero no creo que ésta sea la forma de mejor hacerlo. Mostrar como entran impunemente en territorios extranjeros no va a mejorar su imágen, ni verlos como "organizan" un ataque con un pequeño pelotón va a hacernos creer que la vida en Afganistán es un día de campo. Pero más allá de estas consideraciones, yo (y supongo que mucha gente estará de acuerdo conmigo) fui a ver la película por dos cosas: los robots y Megan Fox. Lo demás, especialmente con la frecuencia que lo usan, demerita un filme pobre desde un inicio.
martes, 14 de julio de 2009
lunes, 8 de junio de 2009
Letras Libres Mayo 2009, Revisiones Literarias
Y, como complemento de el post anterior de la misma revista, éste podría titularlo "o de cómo escribir sobre lo que sí se sabe". Aunque definitivamente, eso no sea porque me hayan gustado perfectamente todos los artículos de la segunda parte de la revista. El primero en llamar poderosamente mi atención fue una revisión crítica de un poema de Mandelstam, quién, por cierto, es de los escritores rusos que no he tenido la oportunidad de leer. En mi opinión, este tipo de artículos deberían de ser la razón principal de la existencia de una revista literaria. Después de presentar una traducción del poema, hacer un análisis línea por línea de él, explicando las inflecciones del ruso que no son traducibles al español me parece la única forma de leer a cabalidad un poema en una lengua desconocida, por muy buena que pudiera ser la traducción.
Más allá de la trascendencia política del poema (el epigrama contra Stalin) me surgen dudas sobre los límites a los que llega la coherencia de un autor. Si bien es cierto que no se debe de subyugar el pensamiento o la producción literaria ante ninguna posible interferencia, también lo es que, en última instancia lo más probable es la vida propia. De cierta forma, Stalin, aún siendo el tirano que fué, tenía cierta consideración con los artistas. Y se podía escribir y trabajar en Rusia con enormes limitaciones, pero sin poner tu vida en un riesgo de terminación inminente, cómo lo hicieron Pasternak y Anna Ajmátova. Desconozco por completo las razones que pudieron llevar a Mandelstam a escribir un poema así, pero no creo que fuera la decisión más sabia, ni, en éste caso, la correcta.
Aprovechando la publicación de los diarios de Bioy Casares donde hablaba de Borges, aparecen un par de artículos sobre la relación entre los dos escritores argentinos. El artículo de Edwin Williamson es un excelente análisis del libro y de la situación, dando una revisión generalizada de la amistad que llevaron, haciendo énfasis en el papel de confidente que llevaba Bioy, y que es lo reflejado en los diarios publicados ahora. Si bien es un tema que ha sido tratado muchas veces, incluso en ésta misma revista, no deja de ser importante regresar a los escritores que verdaderamente valen la pena, sobre todo cuando una nueva fuente de información aparece. En lo personal, Borges me parece un escritor formidable, pero con carencias en su calidad de humano insalvables. Nada ni nadie le parecían bien en última instancia, e incluso Bioy no se salvó completamente de ese aire de superioridad que proyectaba sobre todo mundo.
Lo que vuelve todavía más sorprendente el artículo de Héctor Manjarrez sobre la visión de Borges sobre México, tal cual fue reflejada en los diarios de Bioy. Me parece un esfuerzo completamente inútil; Borges era un hombre amargado e insatisfecho, dificilmente tendría una buena opinión sobre algo, y menos sobre algo lejano... Y en lo personal, enviaría a la redacción de Letras Libres a revisar su hemeroteca, ya que en SUS revistas el año pasado, publicando los diarios de Salvador Elizondo, mostraron una imágen que no fue muy alejada del pensamiento provienciano de Borges, salvo con la excepción de que indudablemente, el argentino era genial.
Más allá de la trascendencia política del poema (el epigrama contra Stalin) me surgen dudas sobre los límites a los que llega la coherencia de un autor. Si bien es cierto que no se debe de subyugar el pensamiento o la producción literaria ante ninguna posible interferencia, también lo es que, en última instancia lo más probable es la vida propia. De cierta forma, Stalin, aún siendo el tirano que fué, tenía cierta consideración con los artistas. Y se podía escribir y trabajar en Rusia con enormes limitaciones, pero sin poner tu vida en un riesgo de terminación inminente, cómo lo hicieron Pasternak y Anna Ajmátova. Desconozco por completo las razones que pudieron llevar a Mandelstam a escribir un poema así, pero no creo que fuera la decisión más sabia, ni, en éste caso, la correcta.
Aprovechando la publicación de los diarios de Bioy Casares donde hablaba de Borges, aparecen un par de artículos sobre la relación entre los dos escritores argentinos. El artículo de Edwin Williamson es un excelente análisis del libro y de la situación, dando una revisión generalizada de la amistad que llevaron, haciendo énfasis en el papel de confidente que llevaba Bioy, y que es lo reflejado en los diarios publicados ahora. Si bien es un tema que ha sido tratado muchas veces, incluso en ésta misma revista, no deja de ser importante regresar a los escritores que verdaderamente valen la pena, sobre todo cuando una nueva fuente de información aparece. En lo personal, Borges me parece un escritor formidable, pero con carencias en su calidad de humano insalvables. Nada ni nadie le parecían bien en última instancia, e incluso Bioy no se salvó completamente de ese aire de superioridad que proyectaba sobre todo mundo.
Lo que vuelve todavía más sorprendente el artículo de Héctor Manjarrez sobre la visión de Borges sobre México, tal cual fue reflejada en los diarios de Bioy. Me parece un esfuerzo completamente inútil; Borges era un hombre amargado e insatisfecho, dificilmente tendría una buena opinión sobre algo, y menos sobre algo lejano... Y en lo personal, enviaría a la redacción de Letras Libres a revisar su hemeroteca, ya que en SUS revistas el año pasado, publicando los diarios de Salvador Elizondo, mostraron una imágen que no fue muy alejada del pensamiento provienciano de Borges, salvo con la excepción de que indudablemente, el argentino era genial.
sábado, 6 de junio de 2009
J. J. Abrams, Star Trek
En general, como película palomera, para pasar un rato agradable con los cuates y "ñoñear" a gusto, la película cumple su cometido. Para los fanáticos de la serie y las películas, no es mi caso, ofrece una gran cantidad de material de discusión, como pude comprobar en la plática de la cena posterior a la ida al cine. Visualmente es espectacular, sin exagerar de más en el uso de los efectos especiales, como en Star Wars. Pero a mi gusto la cámara se mueve un poco más de lo necesario. Y en las escenas del espacio, puede marear. Y tomemos en cuenta que estoy acostumbrado a jugar videojuegos de primera persona.
El único pero que le pongo (aparte de la extensión de las aventuras adolescentes de los protagonistas, lo que puede ser perdonable), es su estado como ciencia ficción. Es cierto que es un homenaje a una película de los 50s, pero utilizar el conocimiento físico como era en aquella época es casi imperdonable. La cosmología ha avanzado enormemente, conocemos el espacio mucho mejor de lo que se sabía hace 50 años, y algunos de los conceptos ligados a las nuevas teorías darían lugar a historias de ciencia ficción fascinantes. Pero estamos acostumbrados a que las historias tienen que llegar a un público mayor, que ya no está dispuesto a hacer el gasto de entender un poco más lo que está viendo. Deberíamos obligarlo, el resultado valdría la pena aún más.
El único pero que le pongo (aparte de la extensión de las aventuras adolescentes de los protagonistas, lo que puede ser perdonable), es su estado como ciencia ficción. Es cierto que es un homenaje a una película de los 50s, pero utilizar el conocimiento físico como era en aquella época es casi imperdonable. La cosmología ha avanzado enormemente, conocemos el espacio mucho mejor de lo que se sabía hace 50 años, y algunos de los conceptos ligados a las nuevas teorías darían lugar a historias de ciencia ficción fascinantes. Pero estamos acostumbrados a que las historias tienen que llegar a un público mayor, que ya no está dispuesto a hacer el gasto de entender un poco más lo que está viendo. Deberíamos obligarlo, el resultado valdría la pena aún más.
Letras Libres Mayo 2009, Contra el capitalismo
Pude haber agregado un epígrafe al título de éste artículo diciendo o de cómo escribir de lo que no se domina. Y definitivamente no es porque los artículos de sean malos. El de Amartya Sen es excelente, el de David Rieff da un punto de vista un poco más centrado sobre el posible cambio cultural provocado por la gran crisis financiera que vivimos, sobre todo en los países anglosajones que la promovieron, y el de Jorge Suárez-Vélez fue una sorpresa agradable. Esperaba una explicación simplista y no lo fue. Más bien encontré una descripción detallada de la cronología de la crísis. Sin embargo, el problema radica en que no me dicen nada de lo que deberían decir; me explico, la opinión de Amartya Sen ofrece un panorama excelente y una posible salida al conflicto, pero el artículo se publicó originalmente en la New York Review of Books, que es donde pertenece. Se agradece tener acceso a los escritos de un premio nóbel. Pero en éste caso preferiría un punto de vista más cercano a América Latina. Responder qué significa para nosotros ésta crisis. Algo como el artículo de David Rieff, pero tropicalizado. El excelente artículo de Jorge Suárez-Vélez no ayuda, porque únicamente es descriptivo, y para alguien que está dentro del medio y lee las noticias (soy lector de The Economist) no trae nada nuevo. No me explica los cambios que tiene en la cultura, política y economía de México en particular. Eso es lo que esperaría de un artículo en Letras Libres. Y no lo tengo.
jueves, 4 de junio de 2009
The New Yorker, May 11, 2009, The Innovators Issue
El hecho de que la revista trate de un solo tema en específico la vuelve considerablemente más extensa de lo normal (un 40% aprox.) pero de cierta forma, vuelve su lectura más fácil, o, en determinado momento como este, la posibilidad de escribir sobre lo leído.
El tema, en este caso, es la gente innovadora; como tradicionalmente sucede en New Yorker, el énfasis se da en la gente y los individuos al momento de hacer un artículo, más que en el problema abstracto o en los grupos de gente involucrada. Por ejemplo, el primer artículo del tema pretende ejemplificar cómo, en una competencia, si el jugador en desventaja se resiste a jugar dentro de los esquemas tradicionales de juego en los que su oponente es superior, la probabilidad de que el gane se vuelve mayor a la de la pérdida con un equipo de Basketball juvenil de las ligas en E.U..
Y este es, con ciertas variaciones, el tema central de la revista; ya se trate de las niñas basketballeras, la conservación de arte contemporáneo, la mejora de escuelas públicas en Los Ángeles, la revolución de la neurología por un médico indio o la creación de cine de autor en China, todos comparten el tema de que tuvieron que modificar sus formas tradicionales de actuar en su área de experiencia para poder llegar a donde están y triunfar en su respectivo ámbito.
Pero otro punto me llama mucho más la atención, el costo que tiene poder realizar éste tipo de lucha o desarrollo. Si bien el equipo de Redwood City derrotó a rivales en teoría mucho más poderosas aplicando un cambio sencillo en el terreno (una presión de duela completa durante todo el juego) aplicarlo implica un gran trabajo. Para todo aquel que haya jugado basketball, y no me cuento entre los que lo han hecho bien, jugar con presión de duela es increíblemente cansado. Poderlo hacer implica una condición física impecable y una velocidad superior a la de tu rival. Después de todo, el equipo no estaba en completa desventaja, más bien sus ventajas estaban localizadas de forma distinta.
Pero centrándonos en los ejemplos más "serios", como el de Christian Scheidemann (el conservador de arte), Steve Barr y sus escuelas en L.A., Ramachandran y la investigación neurológica de punta (tiene una columna fija en Scientific American Mind), y el cine de Jia Zhangke, si bien su éxito parte de el cambio de enfoque que proporcionaron, en los indicadores que hablan sobre su vida personal, se presentan complicaciones graves. Uno de los detonadores del trabajo de Barr fue la soledad en que quedó después de la desintegración de su familia, Jia perdió su matrimonio porque prácticamente nunca veía a su esposa y Ramachandran tiene una familia en apariencia estable (su esposa escribe con él) pero no puede siquiera recordar la fecha de su cumpleaños. Y de cierta forma sucede lo mismo con su competencia de trabajo. Al convertirse ellos de cierta forma en los favoritos o los creadores de la política de su área, se convierten en el nuevo rival a vencer y su actitud no siempre será la mejor. Las respuestas a las cartas críticas de Ramachandran en SciAm Mind no son siempre amables, y las opiniones de Jia sobre las películas de Zhang Yimou están fuera de lugar. El hecho de que el otro creador chino tenga opiniones políticas, o formas de manejar sus opiniones, diferentes a las suyas, no justifica decir que sus películas no son buenas. Eso es blasfemar por fanatismo...
Recapitulando, es bien sabido que para tener un resultado verdaderamente exitoso, la mejor forma de lograrlo es estudiando el tema y atacándolo directamente, conforme a las necesidades particulares del caso. También que esto implicará mucho trabajo, mucho más que el que hubiera sido necesario con una respuesta estándar, y que a su ves esto traerá costos, que más vale intentar analizar desde antes. Y ese riesgo es el que todavía no sé si estoy dispuesto a correr.
El tema, en este caso, es la gente innovadora; como tradicionalmente sucede en New Yorker, el énfasis se da en la gente y los individuos al momento de hacer un artículo, más que en el problema abstracto o en los grupos de gente involucrada. Por ejemplo, el primer artículo del tema pretende ejemplificar cómo, en una competencia, si el jugador en desventaja se resiste a jugar dentro de los esquemas tradicionales de juego en los que su oponente es superior, la probabilidad de que el gane se vuelve mayor a la de la pérdida con un equipo de Basketball juvenil de las ligas en E.U..
Y este es, con ciertas variaciones, el tema central de la revista; ya se trate de las niñas basketballeras, la conservación de arte contemporáneo, la mejora de escuelas públicas en Los Ángeles, la revolución de la neurología por un médico indio o la creación de cine de autor en China, todos comparten el tema de que tuvieron que modificar sus formas tradicionales de actuar en su área de experiencia para poder llegar a donde están y triunfar en su respectivo ámbito.
Pero otro punto me llama mucho más la atención, el costo que tiene poder realizar éste tipo de lucha o desarrollo. Si bien el equipo de Redwood City derrotó a rivales en teoría mucho más poderosas aplicando un cambio sencillo en el terreno (una presión de duela completa durante todo el juego) aplicarlo implica un gran trabajo. Para todo aquel que haya jugado basketball, y no me cuento entre los que lo han hecho bien, jugar con presión de duela es increíblemente cansado. Poderlo hacer implica una condición física impecable y una velocidad superior a la de tu rival. Después de todo, el equipo no estaba en completa desventaja, más bien sus ventajas estaban localizadas de forma distinta.
Pero centrándonos en los ejemplos más "serios", como el de Christian Scheidemann (el conservador de arte), Steve Barr y sus escuelas en L.A., Ramachandran y la investigación neurológica de punta (tiene una columna fija en Scientific American Mind), y el cine de Jia Zhangke, si bien su éxito parte de el cambio de enfoque que proporcionaron, en los indicadores que hablan sobre su vida personal, se presentan complicaciones graves. Uno de los detonadores del trabajo de Barr fue la soledad en que quedó después de la desintegración de su familia, Jia perdió su matrimonio porque prácticamente nunca veía a su esposa y Ramachandran tiene una familia en apariencia estable (su esposa escribe con él) pero no puede siquiera recordar la fecha de su cumpleaños. Y de cierta forma sucede lo mismo con su competencia de trabajo. Al convertirse ellos de cierta forma en los favoritos o los creadores de la política de su área, se convierten en el nuevo rival a vencer y su actitud no siempre será la mejor. Las respuestas a las cartas críticas de Ramachandran en SciAm Mind no son siempre amables, y las opiniones de Jia sobre las películas de Zhang Yimou están fuera de lugar. El hecho de que el otro creador chino tenga opiniones políticas, o formas de manejar sus opiniones, diferentes a las suyas, no justifica decir que sus películas no son buenas. Eso es blasfemar por fanatismo...
Recapitulando, es bien sabido que para tener un resultado verdaderamente exitoso, la mejor forma de lograrlo es estudiando el tema y atacándolo directamente, conforme a las necesidades particulares del caso. También que esto implicará mucho trabajo, mucho más que el que hubiera sido necesario con una respuesta estándar, y que a su ves esto traerá costos, que más vale intentar analizar desde antes. Y ese riesgo es el que todavía no sé si estoy dispuesto a correr.
martes, 26 de mayo de 2009
The new Yorker may 4, 2008, Rwanda
Cuando comencé a leer el artículo pensé sería una descripción de un Estado fallido y con problemas latentes. Tenía la impresión de que en un lugar donde hubiera ocurrido una guerra genocida hace tan poco tiempo difícilmente habría podido mostrar señales de reconstrucción claros. Sorpresivamente, no es el caso. Rwanda es un ejemplo ahora de integración entre sus habitantes. Y el principal responsable de éste resultado podría ser Paul Kagame, el presidente de Rwanda y líder del grupo que derrotó a los génocidaires Hutus. Sin embargo, el hecho de que se apoyen en un hombre fuerte para mantener el orden no es completamente satisfactorio. Si Kagame llegara a morir, o en el momento en que deje el poder, cómo ha declarado querer hacerlo en 2014, la posibilidad de regresar a las anteriores luchas étnicas será algo latente y que no podrá detenerse. Recordemos el caso de Yugoslavia. Después de la muerte de Tito, el equilibrio étnico en los balcanes continuó degradándose paulatinamente hasta la guerra de Kosovo; otro intento de limpieza étnica, dentro de Europa.
El hecho de que Kagame pretenda bajar del poder eventualmente y que no parezca un dictador hambriento de poder podría marcar la diferencia. En ese caso, Rwanda se convertiría efectivamente en un oasis de convivencia enclavado en África central, y un modelo a seguir para sus vecinos. De fallar, tendríamos una lucha étnica continua, con un posible intento de revancha de parte de los Tutsi o una continuación del genocidio de parte de los Hutu. Desde mi punto de vista, no podemos darnos ese lujo, pero en lo que a nosotros concierne, únicamente nos queda esperar que esa pequeña esperanza que puede ser el gobierno de Paul Kagame florezca.
lunes, 25 de mayo de 2009
Robert Stone y las entrevistas de Paris Review
Como parte de la maravillosa suscripción a The Paris Review me llegaron dos libros de regalo con algunas de las muchas entrevistas que se han publicado en la revista a través de los años. Hoy le tocó el turno de leer a Robert Stone, a quién, desgraciadamente, no he leído. Independientemente que con éste tipo de fuentes uno toma conciencia de todas las carencias literarias que posee, leer una entrevista a un gran escritor siempre será gratificante. Espero pueda en un futuro, relativamente cercano, leer alguna de sus novelas. El intento que describe en la entrevista de ejemplificar los grandes problemas filosóficos a través del entorno de las novelas, cómo la pregunta fundamental metafísica de Heidegger, y pensar que un conflicto o una relación amorosa son modelos de explicación para la pregunta me cautivó. Más no podre decir hasta que lo haya leído realmente.
domingo, 24 de mayo de 2009
The new Yorker abr 27, 2009 - Drogas neurológicas, industria de autos y Edgar Allan Poe
Mi intención es dejar de hacer resúmenes especiales de cada revista y hablar más bien de los temas que me interesen en cada una; posiblemente en entregas separadas. Sin embargo, en éste número, tres temas me llamaron fuertemente la atención, y creo posible conectarlos directamente.
Del uso de medicamentos (el nombre en inglés el más sugerente: drugs) para aumentar el desempeño intelectual me genera ruido por dos razones principalmente; la primera, me sorprende que la gente crea que puede agregar impunemente sustancias que modifiquen la química de su cerebro y no espere que tenga que pagar un precio por ello. No cuestiono los posibles beneficios que tengan en algunos casos el uso de medicamentos, recordemos que dejar de tomar antidepresivos fue lo que llevó a la muerte prematura de David Foster Wallace, pero intentar apostarle al uso de éste para tener una ventaja competitiva de forma intelectual y creer que no va a tener un precio especial ésto es increíble. Sin embargo, me llaman mucho más las posibles razones que pudieran tener para tomar éste tipo de medicamentos. Los testimonios indican que tomarlo no te vuelve especialmente creativo o inteligente, y que bajo su influencia los resultados no son los mejores que uno podría conseguir. Más bien se trata de prolongar el tiempo que uno puede dedicarle a la vida intelectual, que, me consta, puede ser agotadora. Pero la razón principal de querer dedicarle más tiempo es no quitarle tiempo a otras actividades, que las podríamos agrupar en el término genérico de parrandear. Y tenemos entonces otro modelo del mismo fenómeno. Queremos (como sociedad) una serie de ventajas y privilegios sin necesidad de pagar por ellos. Queremos tener una carrera exitosa en la universidad, pero sin necesidad de perderse una fiesta. No puedo asegurar completamente que el sacrificio sea un componente necesario para disfrutar a cabalidad un triunfo, pero desde mi punto de vista lo és para darle el valor que tienen a las cosas. No critico ni condeno a quienes recurren a este tipo de medicamentos pero no los comprendo, y definitivamente no es algo que haría.
Y curiosamente, podemos interpretar de la misma manera muchos de los problemas de la crisis en la industria automotriz en Estados Unidos. Las tres grandes armadoras locales se dedicaron a regalar privilegios y construir un mercado que eventualmente dejaría de ser idóneo para ellos. Nunca fueron capaces de mejorar sus procesos industriales, los diseños de sus autos, o de actualizar los contratos y privilegios que tenían sus trabajadores. Porque, aunque la industria de los automóviles esté en crisis de forma global, las armadoras extranjeras (principalmente japonesas) instaladas en el sur del país están manejando mucho más eficientemente el problema que las locales. Años de no reconocer que verdaderamente se necesita trabajar para tener algo. Es increíble que sigamos buscando el "free lunch", y que, incluso en un país que llegó a ser lo que es y fue famoso por su empuje e iniciativa se esté orillando a un conformismo y a la búsqueda de las soluciones fáciles. Estamos en un periodo difícil de manera global, y si no decidimos trabajar y hacer soluciones reales, las proporciones del problema podrían rebasaronos por completo y, entonces si, no tener ya nada más que hacer.
Conectar a Poe es un truco barato hasta cierto punto. Dado que solo puede quedar siendo él un ejemplo de cómo trabjar y hacer las cosas. Debo releerlo, de forma apremiante ahora, pero mencionan que él despreciaba muchas de sus historias cortas y poemas famosos (el cuervo entre ellos) y, junto con ellos, al lector que los disfrutaba. Que el verdadero motivo que lo llevó a escribir esas historias y poemas no fue descifrar problemas literarios o filosóficos, o, en el mejor de los casos, no fué exclusivamente éso. El verdadero motivo fue el hambre. Todos sabemos que Poe era pobre y que muchos de los trabajos que hizo fue como encargo para tener una entrada de dinero, pero de verdaderamente despreciar él su trabajo tenemos, además del desdén del señor Poe, un ejemplo de un sacrificio dadas las prioridades del momento en su vida. De la cuestión sobre la calidad de su trabajo me parece innegable, pero la comparación entre las obras que no quería, como The Golden Bug, o The Raven, con las que escribió cuidadosamente, como la narración de Arthur Gordon Pym, hace su relectura necesaria, y repito, apremiante.
sábado, 16 de mayo de 2009
Recapitulando
¡Estamos de regreso!
Y considerando que estoy por quedarme sin trabajo, supongo que tendré más tiempo para leer, hacer cosas y reportrlas en el blog...
Evidentemente no vamos a intentar regresar a la narración de todo lo hecho en estos meses de ausencia. Pero me encantaría recapitular algunas cosas de lo más importante que sucedió este mes, al menos para mi.
Murió John Updike. Lo que significa una gran, gran pérdida... Afortunadamente, nos dejó toneladas de material que leer. Definitivamente, una persona a quien seguir, tanto en sus escritos como en su estilo de vida. Fue un intelectual relativamente feliz, y de esos hay tan pocos (que hagan cosas que realmente valgan la pena, por supuesto) que es bueno intentar ver la receta para copiarla.
Concierto de Radiohead. Me gustaban desde antes, pero después del concierto ya soy fan. Hasta disfurto más de su música azotada. Estuve brincando, gritando y cantando todo el concierto (es en serio). Y tres canciones lograron sacar lagrimita, no voy a decir cuáles pero fui al primer concierto, entonces obviamente no fue creep...
Utilitarianism, de John Stuart Mill. Me encanta Mill, pero su sistema ético ha sido tán sacudido tantas y tantas veces que es difícil no ver los problemas que tiene al momento de leer su libro. En parte es enormemente utópico, aunque pretenda ser completamente práctico, y en parte tiene limitantes enormes, sobre todo al desarrollar las aplicaciones completamente prácticas de la teoría. Excelente libro, lectura obligada si se está interesado en la ética y sus clásicos, pero definitivamente prefiero On Liberty.
Y muchas peliculas, juegos de rol, lecturas y complicaciones personales como para intentar traerlas todas a la memoria.
lunes, 26 de enero de 2009
Dungeons and Dragons – Nuevas adquisiciones.
Después del atraso que presentaron los libros de amazon en llegar en la temporada navideña, en enero llegaron con una rapidez pocas veces vista anteriormente. Eso provocó que dos cargamentos de libros se juntaran con menos de dos semanas de diferencia uno del otro. Y el resultado es una serie de novedades para jugar Dungeons notoria (y libros de Mate, por cierto).
El “Adventurer's Vault” tiene, literalmente, toneladas de equipo nuevo y armas mágicas. Más de lo que puedes usar en juego y más de lo que puedes retener en la memoria, pero definitivamente te dá una profundidad y variabilidad en el juego que, a menos de un año de haber salido la cuarta edición, es notable.
En esta edición la “Dungeon Master's Screen” es increíblemente útil. Aparte de que las ilustraciones son de una calidad sobresaliente, y de la información para el Dungeon Master es realmente útil (he visto algunas que no sirven para nada), no es de cartón, sino como si fueran cuatro pastas de un libro, haciendola sumamente resistente. No he llegado a zapear con ella a mis jugadores, pero igual y no es mala idea.
A diferencia del Campaign Setting, el “Forgotten Realms Player's Guide” si tiene utilidad. Contiene dos razas nuevas (Drow y Genasi), una clase y dos agregados a las clases anteriores. La sección sobre las regiones en los realms está interesante, pero más como fuente de ideas para campañas independientes que para correr en el mundo para el que fueron hechos. Con los cambios que le hicieron, para mi, Forgotten Realms está acabado.
La única palabra que tengo para describir el suplemento de guerreros, “Martial Power” es obsceno. Los libros centrales estaban diseñados para el jugador inicial y novato, lo cual, un poco a mi pesar, tengo que aceptar está bien. Sin embargo, es mejor aún que para las expansiones, hayan decidido dedicarlas a jugadores más experimentados. Es prácticamente un libro de poderes y feats, pero agrega opciones (como el animal companion) que vale la pena explorar y probar.
Por último, el Draconomicon era un libro que verdaderamente temía, en primer lugar, porque en esta edición decidieron partirlo y dejar éste volumen únicamente para dragones cromáticos. El resultado realmente me agradó. Agrega tres dragones nuevos (vistos ya en ediciones anteriores), pero los mezcla en una cantidad increíble de opciones que hacen que valga la pena volver a jugar con dragones. Agrega mucha profundidad, sin caer en extemos como detallar la comida que prefiere cada dragon. Además trae micro aventuras, para jugar cuando no se tiene nada que hacer (¿eso existe?)
El “Adventurer's Vault” tiene, literalmente, toneladas de equipo nuevo y armas mágicas. Más de lo que puedes usar en juego y más de lo que puedes retener en la memoria, pero definitivamente te dá una profundidad y variabilidad en el juego que, a menos de un año de haber salido la cuarta edición, es notable.
En esta edición la “Dungeon Master's Screen” es increíblemente útil. Aparte de que las ilustraciones son de una calidad sobresaliente, y de la información para el Dungeon Master es realmente útil (he visto algunas que no sirven para nada), no es de cartón, sino como si fueran cuatro pastas de un libro, haciendola sumamente resistente. No he llegado a zapear con ella a mis jugadores, pero igual y no es mala idea.
A diferencia del Campaign Setting, el “Forgotten Realms Player's Guide” si tiene utilidad. Contiene dos razas nuevas (Drow y Genasi), una clase y dos agregados a las clases anteriores. La sección sobre las regiones en los realms está interesante, pero más como fuente de ideas para campañas independientes que para correr en el mundo para el que fueron hechos. Con los cambios que le hicieron, para mi, Forgotten Realms está acabado.
La única palabra que tengo para describir el suplemento de guerreros, “Martial Power” es obsceno. Los libros centrales estaban diseñados para el jugador inicial y novato, lo cual, un poco a mi pesar, tengo que aceptar está bien. Sin embargo, es mejor aún que para las expansiones, hayan decidido dedicarlas a jugadores más experimentados. Es prácticamente un libro de poderes y feats, pero agrega opciones (como el animal companion) que vale la pena explorar y probar.
Por último, el Draconomicon era un libro que verdaderamente temía, en primer lugar, porque en esta edición decidieron partirlo y dejar éste volumen únicamente para dragones cromáticos. El resultado realmente me agradó. Agrega tres dragones nuevos (vistos ya en ediciones anteriores), pero los mezcla en una cantidad increíble de opciones que hacen que valga la pena volver a jugar con dragones. Agrega mucha profundidad, sin caer en extemos como detallar la comida que prefiere cada dragon. Además trae micro aventuras, para jugar cuando no se tiene nada que hacer (¿eso existe?)
On Liberty – John Stuart Mill
Desde muchos puntos de vista, podemos decir que éste libro es la base de mi código ético. La preeminencia del individuo sobre la sociedad. El hecho de que todo individuo debe elegir su rumbo de vida y darle forma a sus opiniones, mientras es el último responsible real de las consecuencias de sus actos (y opiniones) es la parte central del libro de Mill, y de paso, de mi incipiente sistema ético.
Es sorprendente la liberalidad de Mill para su tiempo, pero, igualmente, no nos permite olvidar que es un hombre de su época, increíblemente liberal quizá, pero no por eso menos decimonónico. En lucha contra los principios franceses de libertad intelectual y moral ilimitada del siglo XVIII, Mill se da cuenta de que se necesitan bases fuertes para poder darle sustento a la liberalidad, y construir algo realmente importante con ella. El problema es que las bases que elige Mill para sustentar su teoría son, para éste momento, ligeramente arcaicas, sobre todo en cuestiones religiosas y de la ingerencia definitiva que puede tener el estado sobre los individuos. Sorprendentemente, Mill se detiene en la aplicación de sus propios principios, y admite situaciones que en este momento serían decididamente antiliberales, como la prohibición de la venta de alcohol.
En resumen, On Liberty es un libro maravilloso. Sus primeros tres capítulos muestran la teoría de un liberalismo político y social de una forma fácil de entender, pero que no por eso sacrifica profundidad. Un libro que vale la pena leer y discutir, una y otra ves.
Es sorprendente la liberalidad de Mill para su tiempo, pero, igualmente, no nos permite olvidar que es un hombre de su época, increíblemente liberal quizá, pero no por eso menos decimonónico. En lucha contra los principios franceses de libertad intelectual y moral ilimitada del siglo XVIII, Mill se da cuenta de que se necesitan bases fuertes para poder darle sustento a la liberalidad, y construir algo realmente importante con ella. El problema es que las bases que elige Mill para sustentar su teoría son, para éste momento, ligeramente arcaicas, sobre todo en cuestiones religiosas y de la ingerencia definitiva que puede tener el estado sobre los individuos. Sorprendentemente, Mill se detiene en la aplicación de sus propios principios, y admite situaciones que en este momento serían decididamente antiliberales, como la prohibición de la venta de alcohol.
En resumen, On Liberty es un libro maravilloso. Sus primeros tres capítulos muestran la teoría de un liberalismo político y social de una forma fácil de entender, pero que no por eso sacrifica profundidad. Un libro que vale la pena leer y discutir, una y otra ves.
The New Yorker Ene 5, 2009 – Música, periódicos y ayuda humanitaria.
No conozco la música de Will Oldham. Por lo tanto, no puedo escribir una nota real de su perfil publicado. En éste caso es más una petición de ayuda que una reseña. Si alguien lo conoce, sería bueno saber si realmente vale la pena, o si únicamente es un músico innovador, pero intrascendente. No sucede lo mismo con Oliver Messiaen y Elliot Carter, de quienes se está celebrando su centenario. A Messiaen y su maravillosa Sinfonía Turingalila los conocí hace dos años. A Carter tiene un poco más de tiempo, aunque lo he escuchado con menos cuidado. Sé que ambos valen la pena (realmente), aunque su música no es fácil, y que, musicalmente hablando, vale la pena explorar más ese campo.
Inicialmente creí que la historia de la creación del Village Voice, periódico local para Greenwich Village, era de esos artículos destinados a quedar inconclusos, hasta que descubrí que Norman Mailer había sido de los fundadores. ¿Qué necesita un periódico o revista para ser exitoso? Desde hace tiempo tengo la tentación de crear una revista. No tengo el material, los fondos, el conocimiento o ni siquiera el tiempo para hacerlo. Pero saber que en algún momento, se creó un periódico local semanal que tuvo mayores ventas en puesto que New Yorker motiva a replantear el proyecto. Obviamente, no es lo mismo hacer leer a la gente en Greenwich Village que en la ciudad de México, pero creo que, a menos en forma de proyecto, vale la pena mantenerlo, y pensar que, en algún momento, podre crear una revista, evidentemente, con ayuda.
Y pasando a la crudeza de la realidad, llega un artículo sobre la ayuda humanitaria en Chad, el país que recibe a la gran mayoría de los desplazados por el conflicto en Darfur. El problema es que Chad también tiene una guerra interna constante. Que no se ve como se pueda terminar, al menos no pronto. Y que muchas veces esa lucha toma como objetivos a los campamentos de refugiados y los contingentes de ayuda humanitaria que llegan a trabajar. Y entonces la pregunta es si vale realmente la pena prestar esta ayuda. No quiero decir que esté mal hacerlo. La gente de esos países sufre, y si hubiera una forma de ayudarlos realmente, desde mi punto de vista, sería loable. Más bien la pregutna es que tanto ayuda en realidad el modelo actual de asistencia. En otro dato, tomado de Harper's, es prácticamente la misma cantidad de comida la que entra en forma de ayuda a Sudán que la que éste país exporta a sus vecinos. Y ese dinero, en su mayoría, queda en manos de las facciones que están realizando el genocidio. Así que se puede decir que la ayuda occidental, aparte de hacer más larga y dolorosa la muerte de los desplazados, está financiando a la gente que provoca el conflicto. El problema real es que, por otro lado, tampoco podemos quedarnos cruzados de brazos mientras aniquilan poblaciones enteras (en general, por petróleo o diamantes, también de consumo en occidente). Es un problema para el que no tengo respuesta, ni siquiera una idea inicial.
Inicialmente creí que la historia de la creación del Village Voice, periódico local para Greenwich Village, era de esos artículos destinados a quedar inconclusos, hasta que descubrí que Norman Mailer había sido de los fundadores. ¿Qué necesita un periódico o revista para ser exitoso? Desde hace tiempo tengo la tentación de crear una revista. No tengo el material, los fondos, el conocimiento o ni siquiera el tiempo para hacerlo. Pero saber que en algún momento, se creó un periódico local semanal que tuvo mayores ventas en puesto que New Yorker motiva a replantear el proyecto. Obviamente, no es lo mismo hacer leer a la gente en Greenwich Village que en la ciudad de México, pero creo que, a menos en forma de proyecto, vale la pena mantenerlo, y pensar que, en algún momento, podre crear una revista, evidentemente, con ayuda.
Y pasando a la crudeza de la realidad, llega un artículo sobre la ayuda humanitaria en Chad, el país que recibe a la gran mayoría de los desplazados por el conflicto en Darfur. El problema es que Chad también tiene una guerra interna constante. Que no se ve como se pueda terminar, al menos no pronto. Y que muchas veces esa lucha toma como objetivos a los campamentos de refugiados y los contingentes de ayuda humanitaria que llegan a trabajar. Y entonces la pregunta es si vale realmente la pena prestar esta ayuda. No quiero decir que esté mal hacerlo. La gente de esos países sufre, y si hubiera una forma de ayudarlos realmente, desde mi punto de vista, sería loable. Más bien la pregutna es que tanto ayuda en realidad el modelo actual de asistencia. En otro dato, tomado de Harper's, es prácticamente la misma cantidad de comida la que entra en forma de ayuda a Sudán que la que éste país exporta a sus vecinos. Y ese dinero, en su mayoría, queda en manos de las facciones que están realizando el genocidio. Así que se puede decir que la ayuda occidental, aparte de hacer más larga y dolorosa la muerte de los desplazados, está financiando a la gente que provoca el conflicto. El problema real es que, por otro lado, tampoco podemos quedarnos cruzados de brazos mientras aniquilan poblaciones enteras (en general, por petróleo o diamantes, también de consumo en occidente). Es un problema para el que no tengo respuesta, ni siquiera una idea inicial.
The New Yorker Dic 22 & 29, 2008 - Winter fiction issue
Lo primero que me llamó la atención de éste número fue la portada. Una ilustración estilo Piet Mondrian, en colores rojo, blanco y verde, en un número de navidad, a mi parecer, solo puede representar algo: un arbol de navidad. Independientemente del chiste ñoño (que, a mi parecer es muy bueno), ésto habla muy bien de la calidad de la revista. No se detiene ante la probable ignorancia de un probable lector. Leerla implica un esfuerzo, pero, un esfuerzo que ciertamente tiene sus frutos y que provoca, en última instancia, una satisfacción especial.
En particular éste número doble fue dedicado a relatos de ficción. Curiosamente, los cuentos y narraciones presentados en New Yorker (Harper's presenta el mismo caso) tienen, entre otras cosas, algo en común: Son historias donde la felicidad es un componente opcional, y en muchos casos inexistente, dentro de una vida dura e insensible. No por eso (o quizá exactamente por eso) en general son muy buenos.
Una pareja rota, que se engaña mutuamente con otra pareja de amigos. Ella, una mujer desesperada, agobiada por los problemas con los que se ve obligada a cargar sola. Acosada por un amante al que quiere dejar. Él, un hombre desempleado, con un desorden psicológico depresivo, que gasta trescientos dólares en un ramo de flores para expresar algo que no siente todo el tiempo. Que considera que su mujer es el amor de su vida, pero que al mismo tiempo, cree que ya no pertenece a esta vida, que lo ha rebasado, y que debe aislarse. (Another Manhattan – Donald Antrim).
La muerte de un hombre con una enfermedad terminal en los 50s, rodeado por su mujer (maestra, que tiene que trabajar), su madre, que trama una relación entre su hijo y una masajista, y una adolescente que lo cuida los dias que trabaja su esposa, y que finalmente, y de forma parcialmente involuntaria, lo asiste en su toma de decisiones, cuando decide quedarse con su esposa y sacar a su madre de su vida. Llama fuertemente la atención la forma del cuento, como si fuera una memoria de alguien que recuerda, en un futuro lejano, lo sucedido en su infancia (Some Women – Alice Munro)
Si bien las relaciones de pareja son material inagotable para explorar las debilidades humanas, la relación discipulo-maestro también dan mucho de que hablar. Un poeta de una generación promisoria en un país latinoamericano (Chile) va al reencuentro con un maestro (muerto), quien los impulsó en el principio de sus carreras. Quien los hizo ser lo poco que pudieron llegar a ser. Y en quien finalmente refleja cómo el mismo está acabado, cómo su grupo en realidad nunca pudo hacer nada, y cómo lo único que le queda para poder vivir es hacerlo en el pasado, cuando pudo haber sido alguien. (Meeting with Enrique Lihn – Roberto Bolaño). Tengo que leer a Bolaño, pronto.
Más allá de la ficción, tenemos un artículo sobre el boom de “novelas” escritas por mensajes de celular en Japón, y que son ahora un fenómeno en la isla. Mas allá de lo que nos muestra sobre el nivel de incultura en un país altamente industrializado (en su mayoría los lectores de este tipo de relatos no han leido la “Historia de Genji”), provoca una reflexión sobre la naturaleza de la cultura. No es un fenómeno de masas, y no tiene porque serlo ni competir con el. Evidentemente los resultados no tendrán el valor de una novela de Bolaño, por ejemplo, pero cumplen una función que, en su caso, las novelas de Bolaño tampoco pueden cumplir. Satisfacer la imaginación y las fantasías de lectores (principalmente adolescentes) que no tienen los recursos ni la intención de hacer el esfuerzo que requiere leer una narración compleja. Y que, a decir verdad, no tienen que hacerlo.
Finalmente, la publicación de los diarios de Susan Sontag refleja mas de esta compleja y enigmática mujer, a la que siempre valdrá la pena leer, pero que, en cuanto a su vida privada, sus decisiones no son las más ortodoxas ni tampoco puedo decir que las comparta. Queda como resultado el hecho de que prefiero leer las obras que escribió para publicarse, y su vida privada, dejarla como tal.
En particular éste número doble fue dedicado a relatos de ficción. Curiosamente, los cuentos y narraciones presentados en New Yorker (Harper's presenta el mismo caso) tienen, entre otras cosas, algo en común: Son historias donde la felicidad es un componente opcional, y en muchos casos inexistente, dentro de una vida dura e insensible. No por eso (o quizá exactamente por eso) en general son muy buenos.
Una pareja rota, que se engaña mutuamente con otra pareja de amigos. Ella, una mujer desesperada, agobiada por los problemas con los que se ve obligada a cargar sola. Acosada por un amante al que quiere dejar. Él, un hombre desempleado, con un desorden psicológico depresivo, que gasta trescientos dólares en un ramo de flores para expresar algo que no siente todo el tiempo. Que considera que su mujer es el amor de su vida, pero que al mismo tiempo, cree que ya no pertenece a esta vida, que lo ha rebasado, y que debe aislarse. (Another Manhattan – Donald Antrim).
La muerte de un hombre con una enfermedad terminal en los 50s, rodeado por su mujer (maestra, que tiene que trabajar), su madre, que trama una relación entre su hijo y una masajista, y una adolescente que lo cuida los dias que trabaja su esposa, y que finalmente, y de forma parcialmente involuntaria, lo asiste en su toma de decisiones, cuando decide quedarse con su esposa y sacar a su madre de su vida. Llama fuertemente la atención la forma del cuento, como si fuera una memoria de alguien que recuerda, en un futuro lejano, lo sucedido en su infancia (Some Women – Alice Munro)
Si bien las relaciones de pareja son material inagotable para explorar las debilidades humanas, la relación discipulo-maestro también dan mucho de que hablar. Un poeta de una generación promisoria en un país latinoamericano (Chile) va al reencuentro con un maestro (muerto), quien los impulsó en el principio de sus carreras. Quien los hizo ser lo poco que pudieron llegar a ser. Y en quien finalmente refleja cómo el mismo está acabado, cómo su grupo en realidad nunca pudo hacer nada, y cómo lo único que le queda para poder vivir es hacerlo en el pasado, cuando pudo haber sido alguien. (Meeting with Enrique Lihn – Roberto Bolaño). Tengo que leer a Bolaño, pronto.
Más allá de la ficción, tenemos un artículo sobre el boom de “novelas” escritas por mensajes de celular en Japón, y que son ahora un fenómeno en la isla. Mas allá de lo que nos muestra sobre el nivel de incultura en un país altamente industrializado (en su mayoría los lectores de este tipo de relatos no han leido la “Historia de Genji”), provoca una reflexión sobre la naturaleza de la cultura. No es un fenómeno de masas, y no tiene porque serlo ni competir con el. Evidentemente los resultados no tendrán el valor de una novela de Bolaño, por ejemplo, pero cumplen una función que, en su caso, las novelas de Bolaño tampoco pueden cumplir. Satisfacer la imaginación y las fantasías de lectores (principalmente adolescentes) que no tienen los recursos ni la intención de hacer el esfuerzo que requiere leer una narración compleja. Y que, a decir verdad, no tienen que hacerlo.
Finalmente, la publicación de los diarios de Susan Sontag refleja mas de esta compleja y enigmática mujer, a la que siempre valdrá la pena leer, pero que, en cuanto a su vida privada, sus decisiones no son las más ortodoxas ni tampoco puedo decir que las comparta. Queda como resultado el hecho de que prefiero leer las obras que escribió para publicarse, y su vida privada, dejarla como tal.
domingo, 11 de enero de 2009
La tempestad # 63 Nov-Dic 2008
Estoy indignado conmigo mismo. No vi ninguna de las consideradas como las mejores peliculas del año según la revista. Para los que las hayan visto, o les interese verlas, ésta es la lista, con su correspondiente link a IMDB.
Béla Tarr – El hombre de Londres
Cristian Mungiu – 4 meses, 3 semanas y 2 días.
Lisandro Alonso – Los Muertos
José Luis Guerín – En la ciudad de Sylvia
Joel y Ethan Coen – Sin lugar para los débiles
Bahman Ghobadi – Media luna
Jaime Rosales – La soledad
Julian Schnabel – El llanto de la mariposa
P.T. Anderson – Petróleo Sangriento
Wes Anderson – Viaje a Darjeeling
Béla Tarr – El hombre de Londres
Cristian Mungiu – 4 meses, 3 semanas y 2 días.
Lisandro Alonso – Los Muertos
José Luis Guerín – En la ciudad de Sylvia
Joel y Ethan Coen – Sin lugar para los débiles
Bahman Ghobadi – Media luna
Jaime Rosales – La soledad
Julian Schnabel – El llanto de la mariposa
P.T. Anderson – Petróleo Sangriento
Wes Anderson – Viaje a Darjeeling
Letras Libres – Dic 08 “El colapso anunciado”
Mi primera pregunta sería, ¿anunciado por quién? No recuerdo un solo artículo en su revista que hayan hablado de la burbuja hipotecaria o el inminente colapso de la economía de nuestro vecino norteño. No en toda la historia de la revista. Letras libres es una revista que cada ves me decepciona más. Autocomplaciente en exceso con la ignorancia de la clase “intelectual” mexicana, como se refleja en su tratamiento de la crisis económica. (Si no conocen el tema, ¿por que hablar de él? Como si no hubiera más temas que tratar), así como de sus propios vicios y carencias. Durante todo un año publicaron fragmentos de los diarios de Salvador Elizondo, queriendolo mostrar simpático (eso creo) terminaron mostrándolo soberbio, intelectualmente prepotente y en última instancia, ignorante. Provocaron desprecio de un escritor al que antes, minimamente respetaba.
Más allá de los artículos deplorables y los francamente mediocres, como el de la situación de la UdG o la semblanza de Alejandro Rossi sobre “El laberinto de la Soledad”, encontramos algunas cosas buenas. Un artículo de Christopher Dominguez Michael sobre Georg Brandes, como descubridor de Nietzsche, y promotor de su cultura y las múltiples contradicciones que cargaba con ello el crítico literario, y otro sobre la situacción política de Managua de Gilles Bataillon. 8 páginas. De una revista de 112. Si dejaran las críticas literarias (que no son malas), algunas de las de arte (éstas van de lo constructivo a lo imposible de leer) y algunos de sus artículos cortos, tendríamos una buena revista de 50 pags. El resto, es pura paja.
He leído la revista en sus 10 años con sus múltiples altibajos. Creo que están en su punto ínfimo en este momento. Por continuidad, la leeré un año mas, y haré otra evaluación. Si no ha mejorado sustancialmente, tendré que dejar de leerla, aún cuando eso signifique perder gran parte de las publicaciones nacionales que leo.
Más allá de los artículos deplorables y los francamente mediocres, como el de la situación de la UdG o la semblanza de Alejandro Rossi sobre “El laberinto de la Soledad”, encontramos algunas cosas buenas. Un artículo de Christopher Dominguez Michael sobre Georg Brandes, como descubridor de Nietzsche, y promotor de su cultura y las múltiples contradicciones que cargaba con ello el crítico literario, y otro sobre la situacción política de Managua de Gilles Bataillon. 8 páginas. De una revista de 112. Si dejaran las críticas literarias (que no son malas), algunas de las de arte (éstas van de lo constructivo a lo imposible de leer) y algunos de sus artículos cortos, tendríamos una buena revista de 50 pags. El resto, es pura paja.
He leído la revista en sus 10 años con sus múltiples altibajos. Creo que están en su punto ínfimo en este momento. Por continuidad, la leeré un año mas, y haré otra evaluación. Si no ha mejorado sustancialmente, tendré que dejar de leerla, aún cuando eso signifique perder gran parte de las publicaciones nacionales que leo.
Harper's Diciembre 2008 – Washington, Johannesburg, Pyongyang.
Difícilmente podríamos encontrar tres puntos más disímiles politica y socialmente hablando. Y al mismo tiempo, son tres focos de crisis internacional en estos momentos.
El artículo de Sudáfrica es una carta a Mandela en la que muestran toda la brutalidad de la vida en Africa hoy. Sí, es cierto, Zimbabwe, Sudán o Somalia están mucho peor. Pero en teoría Sudáfrica es uno de los países democráticos de África, y no por eso deja de ser una sucursalita del infierno. Las imágenes que acompañan al artículo muestran un nivel de pobreza y marginación inmenso Y, aunque para un latinoamericano ese tipo de fotografías son hasta cierto punto cotidianas (parafraseando a Mariana después de verlas), la descripción del nivel de violencia que se vive en las calles hace que el nuestro se sienta seguro. Y obviamente, quienes vivimos en la ciudad de México no estamos en un mundo seguro, pero estamos lejos de que, en una detención por conducir en estado de ebriedad (el equivalente a nuestro alcoholimetro), te lleve a una violación multitudinaria segura en el centro de detención, con la (también segura), transmisión de alguna enfermedad infecciosa. No se si África tenga solución, pero es bueno tener presente que nuestra situación puede ser peor, y cuidarnos de no caer ahí.
El caso de Washington es quizá más sorprendente. Es una propuesta (real y seria) de llevar ante la justicia a los responsables de la administración Bush de promover la tortura en los centros de detención durante la “guerra contra el terror”. Siendo George W. Bush en última instancia el comandante en jefe la responsabilidad caería sobre de él y sus más cercanos colaboradores (el vicepresidente Cheney y el entonces secretario de la defensa Rumsfeld). Personalmente, veo realmente difícil que se concretara algo así. Los tribunales internacioneles no tienen la fuerza para llevar a un ex presidente de E.U. a la corte, los tribunales locales son controlados en su mayoría por Republicanos, el nuevo presidente Obama podría ser acusado de oportunismo político y el Congreso (la única posibilidad mínimamente factible) tiene demasiados problemas ya como para buscarse otros. Pero, por otro lado, restauraría el nivel de confianza internacional hacia Estados Unidos, y eso le hace mucha falta, tanto a ellos como al resto del mundo.
Corea del Norte es una reliquia de la guerra fría, literalmente. Y sobrevive manteniendo en la ignorancia tanto a su gente como a los mismos visitantes extranjeros que logran viajar a Pyongyang. Porque si bien sabemos que los tours programados y las entrevistas pre-estudiadas con respuestas también programadas no son el reflejo de la realidad del país, en realidad tampoco sabemos cómo es en realidad la vida dentro del país. Y actos como invitar a la Filarmónica de NY a un concierto acartonado y sin el impacto que publicitaron tenía solo perpetúa su sitación. La de un país que no tiene razón de existir tal cual es.
A manera de coda, y dadas las revisiones literarias, tengo que leer a Bolaño (2666) y a Edith Wharton.
El artículo de Sudáfrica es una carta a Mandela en la que muestran toda la brutalidad de la vida en Africa hoy. Sí, es cierto, Zimbabwe, Sudán o Somalia están mucho peor. Pero en teoría Sudáfrica es uno de los países democráticos de África, y no por eso deja de ser una sucursalita del infierno. Las imágenes que acompañan al artículo muestran un nivel de pobreza y marginación inmenso Y, aunque para un latinoamericano ese tipo de fotografías son hasta cierto punto cotidianas (parafraseando a Mariana después de verlas), la descripción del nivel de violencia que se vive en las calles hace que el nuestro se sienta seguro. Y obviamente, quienes vivimos en la ciudad de México no estamos en un mundo seguro, pero estamos lejos de que, en una detención por conducir en estado de ebriedad (el equivalente a nuestro alcoholimetro), te lleve a una violación multitudinaria segura en el centro de detención, con la (también segura), transmisión de alguna enfermedad infecciosa. No se si África tenga solución, pero es bueno tener presente que nuestra situación puede ser peor, y cuidarnos de no caer ahí.
El caso de Washington es quizá más sorprendente. Es una propuesta (real y seria) de llevar ante la justicia a los responsables de la administración Bush de promover la tortura en los centros de detención durante la “guerra contra el terror”. Siendo George W. Bush en última instancia el comandante en jefe la responsabilidad caería sobre de él y sus más cercanos colaboradores (el vicepresidente Cheney y el entonces secretario de la defensa Rumsfeld). Personalmente, veo realmente difícil que se concretara algo así. Los tribunales internacioneles no tienen la fuerza para llevar a un ex presidente de E.U. a la corte, los tribunales locales son controlados en su mayoría por Republicanos, el nuevo presidente Obama podría ser acusado de oportunismo político y el Congreso (la única posibilidad mínimamente factible) tiene demasiados problemas ya como para buscarse otros. Pero, por otro lado, restauraría el nivel de confianza internacional hacia Estados Unidos, y eso le hace mucha falta, tanto a ellos como al resto del mundo.
Corea del Norte es una reliquia de la guerra fría, literalmente. Y sobrevive manteniendo en la ignorancia tanto a su gente como a los mismos visitantes extranjeros que logran viajar a Pyongyang. Porque si bien sabemos que los tours programados y las entrevistas pre-estudiadas con respuestas también programadas no son el reflejo de la realidad del país, en realidad tampoco sabemos cómo es en realidad la vida dentro del país. Y actos como invitar a la Filarmónica de NY a un concierto acartonado y sin el impacto que publicitaron tenía solo perpetúa su sitación. La de un país que no tiene razón de existir tal cual es.
A manera de coda, y dadas las revisiones literarias, tengo que leer a Bolaño (2666) y a Edith Wharton.
The New Yorker Dic 15, 2008 - Profesiones, Georgia.
Definitivamente, la temporada navideña puede arruinar cualquier intento de mantener un blog escrito de forma constante durante éste tiempo. Si de por si es difícil encontrar tiempo para leer estos días, redactar la nota y publicarla se convierte en una tarea casi imposible. Y si a eso agregamos que nuestro flamante servicio de correos toma vacaciones, entonces tenemos tanto un atraso en la publicación del blog como una pila de revistas pendientes de leer que crece rápidamente.
Un artículo sobre la imposiblidad de saber si un maestro será bueno o no antes de que empiece el curso y de la dificultad de medir su desempeño real me hizo recordar cuando di clases en la prepa. No se si fui un buen maestro. Y de hecho, no sabría siquiera como evaluarlo. Quiero suponer que sí les caía bien a mis alumnos (ellos lo decían, de algunos tengo mis dudas). Pero no creo que el éxito social sea una buena medición sobre tu calidad magisterial. Por otro lado, creo que los hice leer (cuando di Literatura) y por lo menos un par (en clase de Ética) me agradecieron mi punto de vista sobre la responsabilidad personal sobre las presiones o estigmas sociales. Pero por otro lado creo que realmente leyeron, y no solo recitaron palabras, los que ya leían o eventualmente iban a leer. Y que agradecieron el énfasis en la responsabilidad los que ya eran responsables de sus actos. Es cierto, es probable que ayudara a refinar algunos de sus gustos literarios y que entendieran mejor sus lecturas, o que, por el otro lado, les diera un sustento teórico a sus ideas germinales que las volviera más resistentes. Pero es algo que nunca voy a saber. Y en caso afirmativo, ¿eso me convierte en un buen maestro? No lo se. Creo que, si contamos a los alumnos que aprendieron algo como éxitos tuve un porcentaje de efectividad medianamente bajo. Y aunque entiendo que es en gran parte mi responsabilidad, que tanto la comparta con nuestro genial sistema educativo, es algo que no voy a intentar discernir ahora.
Por otro lado, hablando de responsabilidades, tenemos el problema de Georgia y Rusia. O más bien de Ossetia del sur. La semana de guerra que a todos nos tocó presenciar en el inicio de los juegos olímpicos de forma impotente fue una provocación a la OTAN y a Occidente en general. Putin y los rusos midieron las fuerzas y la capacidad real de reacción de sus posibles rivales. Pero al mismo tiempo, Saakashvili y el gobierno Georgiano son también responsables de la provocación. Responsables de buscar los límites del apoyo real que tienen de la OTAN. Al final, la situación para la gente viviendo en Ossetia del sur no es muy diferente que antes de la guerra; con un gobierno sumamente corrupto. ¿Entonces quien perdió la guerra? Putin perdió credibilidad y confianza en los países occidentales, sobre todo en la UE, pero no es algo que le importe mucho y, a decir verdad, ya no le quedaba demasiada. Georgia perdió la seguridad que tenía en un apoyo de la OTAN ante una invasión. La invasión ya se dió y no hubo respuesta militar. ¿Es eso malo? No lo creo, las dos guerras munidales empezaron con seguridades de ese tipo que saltaron muy rápido (la primera) o muy lento (la segunda, permitiendo una expansión temprana de la alemania Nazi). Perderla hará que su gobierno sea mas cauteloso antes de volver a amenazar los intereses rusos, dificultando una confrontación a gran escala. Pero la imágen de fuerza perdido por Occidente es lo realmente preocupante. De cierta forma regresamos al periodo de la guerra fria en un ámbito internacional mucho más complejo que en los sesenta, y por lo tanto mucho menos predecible. ¿Todos recordamos que China también está ahi, y que nadie sabe que es lo que va a hacer, cierto?. Ahora, la incertidumbre está de nuestro lado de la cancha.
Un artículo sobre la imposiblidad de saber si un maestro será bueno o no antes de que empiece el curso y de la dificultad de medir su desempeño real me hizo recordar cuando di clases en la prepa. No se si fui un buen maestro. Y de hecho, no sabría siquiera como evaluarlo. Quiero suponer que sí les caía bien a mis alumnos (ellos lo decían, de algunos tengo mis dudas). Pero no creo que el éxito social sea una buena medición sobre tu calidad magisterial. Por otro lado, creo que los hice leer (cuando di Literatura) y por lo menos un par (en clase de Ética) me agradecieron mi punto de vista sobre la responsabilidad personal sobre las presiones o estigmas sociales. Pero por otro lado creo que realmente leyeron, y no solo recitaron palabras, los que ya leían o eventualmente iban a leer. Y que agradecieron el énfasis en la responsabilidad los que ya eran responsables de sus actos. Es cierto, es probable que ayudara a refinar algunos de sus gustos literarios y que entendieran mejor sus lecturas, o que, por el otro lado, les diera un sustento teórico a sus ideas germinales que las volviera más resistentes. Pero es algo que nunca voy a saber. Y en caso afirmativo, ¿eso me convierte en un buen maestro? No lo se. Creo que, si contamos a los alumnos que aprendieron algo como éxitos tuve un porcentaje de efectividad medianamente bajo. Y aunque entiendo que es en gran parte mi responsabilidad, que tanto la comparta con nuestro genial sistema educativo, es algo que no voy a intentar discernir ahora.
Por otro lado, hablando de responsabilidades, tenemos el problema de Georgia y Rusia. O más bien de Ossetia del sur. La semana de guerra que a todos nos tocó presenciar en el inicio de los juegos olímpicos de forma impotente fue una provocación a la OTAN y a Occidente en general. Putin y los rusos midieron las fuerzas y la capacidad real de reacción de sus posibles rivales. Pero al mismo tiempo, Saakashvili y el gobierno Georgiano son también responsables de la provocación. Responsables de buscar los límites del apoyo real que tienen de la OTAN. Al final, la situación para la gente viviendo en Ossetia del sur no es muy diferente que antes de la guerra; con un gobierno sumamente corrupto. ¿Entonces quien perdió la guerra? Putin perdió credibilidad y confianza en los países occidentales, sobre todo en la UE, pero no es algo que le importe mucho y, a decir verdad, ya no le quedaba demasiada. Georgia perdió la seguridad que tenía en un apoyo de la OTAN ante una invasión. La invasión ya se dió y no hubo respuesta militar. ¿Es eso malo? No lo creo, las dos guerras munidales empezaron con seguridades de ese tipo que saltaron muy rápido (la primera) o muy lento (la segunda, permitiendo una expansión temprana de la alemania Nazi). Perderla hará que su gobierno sea mas cauteloso antes de volver a amenazar los intereses rusos, dificultando una confrontación a gran escala. Pero la imágen de fuerza perdido por Occidente es lo realmente preocupante. De cierta forma regresamos al periodo de la guerra fria en un ámbito internacional mucho más complejo que en los sesenta, y por lo tanto mucho menos predecible. ¿Todos recordamos que China también está ahi, y que nadie sabe que es lo que va a hacer, cierto?. Ahora, la incertidumbre está de nuestro lado de la cancha.
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